La tecnología al servicio de la congestión vehicular
Los procesos de urbanización han crecido a ritmos acelerados en los últimos años. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 2020, más de 300.000 habitantes, que representan el 60% de la población mundial, manifestaron vivir en alguna de las 1934 metrópolis.
El aumento en el número de habitantes y la rápida urbanización han provocado el surgimiento de nuevos desafíos. Sin duda alguna, una de las problemáticas a las que se enfrentan los Gobiernos es la gestión del transporte público.
Desde países desarrollados como Reino Unido hasta territorios en vía de desarrollo como Colombia, Brasil o México presentan retos de movilidad. El aumento en el número de vehículos en estos lugares ha desencadenado, por ejemplo, congestión constante.
Según el último ranking sobre tráfico mundial (Global Traffic Scorecard 2020), sin importar su localización, en mayor o menor medida, las metrópolis padecen de congestión vehicular. Sin embargo, destacó que, las cinco ciudades con más problemas de movilidad son Bogotá, Nueva York, Moscú, Filadelfia y París.
Frente a esta problemática, los Gobiernos han desarrollado e implementado tecnológicas innovadoras dirigidas a la sostenibilidad de la movilidad de las ciudades. Entre las soluciones GovTech se encuentra:
Semáforos inteligentes.
En algunas ciudades, los semáforos están conectados a sensores que controlan el tiempo y el número de vehículos detenidos con la luz en rojo para sincronizar los ciclos de luz y garantizar el flujo del tráfico.
Sensores en la calle.
A través de sensores instalados en el pavimento, los cuales se comunican con los sistemas de gestión de tráfico, los usuarios pueden saber lo que está sucediendo en las vías, por ejemplo, si hay accidentes, obras de construcción, buses en circulación y demás.
Sistemas de cámaras.
Los softwares de video-analítica integrados en los sistemas de transporte de las ciudades recogen información relacionada con cantidad de vehículos, velocidad promedio y ocupación de la vía. Estos han servido para mejorar la planeación de tránsito, modificar las rutas y redirigir automóviles hacia otras vías.
Aplicativos para aparcar.
En países como en Reino Unido, se estima que el 10% de la congestión de tráfico urbano se origina por los conductores que están buscando dónde estacionarse. Por eso, se han creado plataformas que permiten a los usuarios visualizar los estacionamientos disponibles e incluso reservar el puesto de parqueo antes de llegar al lugar.
Pagos inteligentes.
Un menor tiempo de espera a la hora de pagar un peaje o un estacionamiento representa mayor velocidad de desplazamiento y una baja congestión vehicular.
Centros de control de tráfico.
Un ejemplo es el Sistema Inteligente de Movilidad de la ciudad de Medellín (SIMM). Por medio de la última tecnología, el SIMM recolecta, procesa y analiza datos del tráfico provenientes de los sistemas instalados en la ciudad para controlar el tráfico y disminuir sus efectos negativos. A través del SIMM se ha logrado reducir el nivel de incidentes viales, la optimización de los semáforos y publicar información en tiempo real sobre el estado del tráfico.
En definitiva, las ciudades están implementando herramientas tecnológicas para disminuir el tráfico vehicular y contribuir a una urbanización más sostenible.